Hoy martes 29 hemos tenido una sesión dedicada a la relación entre los microorganismos y el cambio global. Entre las diferentes ponencias, el Dr. Emili Montesinos, de la Universitat de Girona, nos ha hablado de cómo puede afectar el cambio climático a la aparición de enfermedades emergentes que están afectando a la agricultura. Lo ha ilustrado con dos ejemplos: la bacteria emergente Xylella fastidiosa, que está diseminándose en Europa produciendo daños en cultivos de olivos, almendros, viñedos y cítricos; y Erwinia amylovora, otra bacteria que afecta a frutales como manzanos o perales, que apareció en España a principios del siglo XXI. Por otro lado, el cambio climático global conllevará un incremento de la temperatura y una disminución de la pluviometría. En su charla, nos ha mostrado que están investigando cómo influyen varios factores en el incremento de estas enfermedades microbianas, mediante modelos empíricos que se basan en estudios experimentales. La sequía influirá disminuyendo aquellos microorganismos que viven en las partes aéreas de las plantas, pero una vez establecida la epidemia en los cultivos, el calor aumentaría la velocidad de progresión de las enfermedades. Otros factores serían el aumento de CO2 en el ambiente, que facilita un incremento de la masa vegetal para que las bacterias patógenas tengan más sustrato para alimentarse; o el incremento de la radiación ultravioleta, por daños en la capa de ozono, que perjudicaría a otros microorganismos. En definitiva, y como conclusión, nos ha comentado que estos modelos predictivos prevén un incremento, tanto en la incidencia como en la expansión, de estas enfermedades emergentes en los cultivos, pero que al mismo tiempo se necesita más investigación para frenar o prevenir estas y otras enfermedades emergentes.
Por otra parte, el Dr. Carlos Pedrós, de la Universidad de Sevilla, nos ha explicado cómo de diverso y cambiante es el mundo microbiano, desde los inicios de la vida, porque a cada momento estamos descubriendo nuevos taxones. Por ejemplo, en el agua se estima que tenemos aproximadamente 10(29) células microbianas, muchas de ellas congeladas desde hace más de ocho millones de años todavía en los “congeladores naturales” que tiene la Tierra, que pueden despertar con el cambio global y así interactuar con el resto de poblaciones microbianas. Algunas de las especies que habitan en el agua son predominantes, mientras que otras son más raras. Si se dan cambios ambientales, las raras pueden ocupar los nichos de las abundantes cambiando los equilibrios entre todas las poblaciones. Entre las que predominan, un ejemplo es Arcobacter, detectando una célula de este género por cada 10 litros de agua, equivalente a encontrar una persona en toda la Tierra. También nos ha explicado cómo se podría predecir la aparición de la vida partiendo de los microorganismos: la aparición de las cianobacterias supuso la disminución del metano y del CO2 ambiental, para favorecer la aparición del oxígeno y así la evolución de la vida hasta la actualidad. Ha ilustrado cómo los microorganismos tienen una gran adaptabilidad al entorno cambiante, pero que con el cambio global vamos muy deprisa, haciendo un paralelismo con la conducción de un coche de fórmula 1 y sugiriendo que deberíamos levantar el pie del acelerador…
Resumen elaborado por Dolo Vidal Roig, de la Universidad de Castilla-La Mancha.
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