En la sesión plenaria de hoy, Álvaro Sánchez, del CNB-CSIC, ha hablado sobre la ingeniería evolutiva de los consorcios microbianos. Uno de los actuales problemas en los bioprocesos industriales es intentar mejorar los consorcios microbianos que realizan actividades de interés. Cuando se trata de mejorar un solo microorganismo el proceso de domesticación y mejora es relativamente sencillo. Pero en el caso de comunidades microbianas no lo es tanto ya que hay unos límites ecológicos y evolutivos que impiden modificar las relaciones establecidas entre un grupo de diferentes microorganismos que actúan de manera coordinada. Mediante modelizaciones por ordenado se ha conseguido explicar el por qué se ha fracasado en la modificación de dichos consorcios. Como ocurre otras veces, saber en qué se ha fallado te permite saber qué tienes que hacer diferente en la siguiente vez que lo intentes. Así que mediante las herramientas computacionales de la biología de sistemas se han desarrollado nuevos modelos para modificar los consorcios microbianos, que actualmente se están probando experimentalmente, con resultados prometedores.
Julian Marchesi, del Imperial College London, ha hablado de la aplicación de la investigación de los microbiomas a la práctica clínica. Los trasplantes de microbiota intestinal son cada vez más utilizados para el tratamiento de situaciones patológicas en las cuales la microbiota se ve afectada. El caso más estudiado es su uso en el tratamiento de las infecciones con Clostridioides difficile. Sin embargo, aún no entendemos completamente las complejas relaciones existentes entre los microorganismos de la microbiota y el hospedador humano. Una de esas dificultades es que aún no sabemos exactamente qué es una “microbiota sana” debido a la gran variabilidad existente entre los seres humanos. La composición de lo que es una microbiota sana para un asiático es algo muy distinto para un europeo. Marchesi abogó por la erradicación del termino “disbiosis”, ya que no existe una clara definición del mismo y además, tal y como indicó “no se puede medir”. Marchesi comentó que esperaba que las nuevas técnicas -ómicas de análisis nos permitan entender cada vez mejor la relación microbiota-hospedador
Resumen elaborado por Manuel Sánchez de la Universidad Miguel Hernández.
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