Las técnicas metagenómicas y de secuenciación masiva han revolucionado el estudio de los microorganismos que conviven con el ser humano, conocidos de forma global como microbioma, que podemos calificar como un órganos, no físico, sino funcional.
En el laboratorio de Alex Mira, de la Fundación FISABIO (Valencia), han desarrollado distintas técnicas “ómicas” para estudiar las comunidades microbianas en la boca, el estómago, las vías respiratorias, la leche materna o el intestino, tanto en salud como en enfermedad. Estos estudios han permitido, por un lado, determinar la etiología de enfermedades como la caries dental o la periodontitis, y por otro identificar bacterias que funcionan como biomarcadores de cáncer colorrectal, así como seleccionar bacterias que puedan funcionar como probióticos frente a distintas enfermedades.
Mira ha mostrado ejemplos de cómo el microbioma humano es en realidad un conjunto de ecosistemas muy complejos en constante relación y equilibrio con nuestro organismo. Cuando ese equilibrio se rompe y se altera el microbioma normal (disbiosis) se relaciona con varias patologías. Cada nicho del cuerpo tiene una complejidad microbiana distinta, de forma que se selecciona una comunidad microbiana adaptada a ese ambiente concreto: la microbiota intestinal es diferente de la fecal, la de la leche materna, la piel, la boca o la vagina. No hay nicho un estéril en nuestro cuerpo: hay bacterias en el estómago o en la leche materna, por ejemplo.
Ha detallado sus estudios sobre la microbiota bucal y el ecosistema de la placa dental. A partir de una dieta rica en verduras, las bacterias de la boca son capaces de reducir el nitrato a nitrito. Nuestro propio organismo puede emplear ese nitrito para producir óxido nítrico con cantidad de funciones, como efectos cardiovasculares. La saliva concentra el nitrato (puede haber 10 veces más que en el torrente sanguíneo), que está disponible para las bacterias bucales que generan para nitrito, que usa nuestro organismos para producir óxido nítrico. Un ejemplo fascinante de simbiosis entre nuestras bacterias y nuestro organismo.
Por otra parte, cuando las bacterias no están en su nicho concreto, se puede producir alguna patología. Por ejemplo, ha mostrado la relación entre la periodontitis (sangrado de encías) que facilitan el paso de bacterias de la boca al torrente sanguíneo y el parto prematuro. Otro ejemplo de aplicación clínica es el estudio comparado del ADN de muestras orales de personas con y sin caries, que reveló una alta frecuencia de una nueva especie, bautizada como Streptococcus dentisani, que neutraliza el ácido y está ya siendo testada como probiótico anticaries en ensayos clínicos.
Otros ejemplos, como la producción de ácidos grasos de cadena corta y de neurotransmisores por las bacterias intestinales, o cómo algunas bacterias de la microbiota pueden modular la eficacia y toxicidad de tratamientos de quimio e inmunoterapia, ponen de manifiesto la importancia de nuestro microbios para la salud.
Resumen elaborado por Ignacio López-Goñi, de la Universidad de Navarra.
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